El halo, también llamado nimbo, es una representación de una corona y simboliza la iluminación divina, lo sagrado.
El objeto es un símbolo solar y puede aparecer en reyes y emperadores, lo que les otorga gloria y respeto, e incluso en animales que representan figuras sagradas. Este es el caso del cordero, que simboliza a Cristo.
Así, es conocido por irradiar una luz en su cara y, a veces, alrededor de su cuerpo. Esta irradiación sobrenatural indica lo sagrado, la santidad, lo que es divino.
El halo como símbolo universal
El halo es un símbolo universal para realzar la parte más noble de la personalidad: la cabeza. Cuando se ilustra con un halo, la cabeza queda resaltada, ampliada.
Los halos se pintan a menudo en el arte sagrado. El halo elíptico (alrededor de la cabeza) representa la luz espiritual.
El símbolo también se compara a menudo con la corona, porque está encima de la cabeza y parece establecer una relación entre lo terrenal y lo divino.
El uso de la corona indica la vocación a lo espiritual, a la apertura del alma. En este sentido, la presencia de este círculo en las cabezas de los santos señala una cercanía a lo divino.
El nimbo muestra que el santo está iluminado y a través de él es capaz de iluminar a los que le rodean.
En el arte bizantino, la aureola redonda estaba reservada a los muertos que habían vivido como santos en la tierra y habían entrado directamente en el cielo. Los simples mortales, si tenían suerte, recibían la ilustración de un halo cuadrado
Conoce también la simbología de la Corona.