La uva es un símbolo de prosperidad, abundancia, longevidad, fertilidad y plenitud. Al ser portadora de este simbolismo, la uva se asocia con las fiestas y la alegría.
La fruta está vinculada al vino, que para los cristianos simboliza la sangre de Cristo. Al estar asociada al vino, también se asocia a Baco, el dios romano del vino y del placer (Dionisio para los griegos).
Por eso las uvas sugieren satisfacción y contento. Los dioses Baco y Dionisio son representados a menudo llevando hojas de uva en la cabeza.
También porque representa la abundancia, la gente suele comer sultanas la última noche del año.
Para los israelitas, las uvas de la Tierra Prometida representan la posibilidad de alcanzar una nueva vida.
En Semana Santa
De las uvas sale el vino, que junto con el pan son símbolos pascuales asociados a la resurrección de Jesús. El pan representa el cuerpo de Jesús y el vino su sangre.
En la Biblia
En la Biblia, a veces se menciona la uva, la vid y el viñedo:
«Yo soy la vid; vosotros sois los sarmientos. Si alguno permanece en mí y yo en él, dará mucho fruto, porque sin mí no podéis hacer nada.» (Juan 15:5)
En esta cita del Evangelio de Juan, Jesús se compara con una vid.