El caballo es un animal perteneciente al orden equino que simboliza el poder, la riqueza, la libertad, la virilidad, la sexualidad, la fuerza, la velocidad, la espiritualidad y la belleza. Fue crucial para el desarrollo de las sociedades modernas y tiene un vínculo con los humanos que se remonta al año 3000 a.C., apareciendo desde el arte rupestre
Hoy en día existen más de 300 razas diferentes de caballos y este animal se ha utilizado en diferentes campos de acción, como la guerra, la movilidad, la productividad y la agricultura, entre otros.
Es un símbolo universal de libertad, ya que montar a caballo hace que la gente se sienta sin ataduras, dispuesta a viajar e ir a donde quiera.
Como símbolo prehistórico representa el viento, la tormenta, el fuego, el agua y las olas. Tiene la doble conexión con la noche y el misterio, a la vez que es hijo del fuego.
El caballo presenta significados en muchas culturas, según su color o raza simboliza desde el mundo subterráneo o la oscuridad hasta el universo celestial.
Para las tribus nativas americanas simboliza el poder, la fuerza, la libertad y la nobleza, porque los que utilizan este animal en las guerras tienen una ventaja competitiva. Las tribus que poseían más caballos eran las más ricas o nobles.
Simbología del caballo para los celtas
El caballo es un símbolo de buena suerte y abundancia para los celtas. Es un animal que siempre ha estado relacionado con las deidades, tanto diosas como dioses, además de ser la representación del sol.
Por proporcionar grandes avances en la caza y la guerra, se asociaba al dios del sol, que presentaba la figura de un caballo con rostro humano.
Una deidad conocida y apreciada por los celtas es la diosa Epona (yegua en galés) o Caballo Madre, que simboliza la fertilidad y tiene la función de proteger a los caballos.