Pegaso, figura de la mitología griega, es un caballo alado, hijo de Posidón y Gorgona. Su nombre proviene de la palabra pegé, que significa fuente. Se dice que Pegaso nació en las fuentes del Océano, por lo que su simbolismo está relacionado con el agua.
Mientras bebía de la fuente de Pirene, Pegaso habría golpeado el suelo con su pezuña, haciendo brotar una fuente alada. Por ello, el simbolismo de Pegaso está vinculado a los truenos, las tormentas y los relámpagos, simbolizando también la prudencia de Zeus.
Pegaso, simboliza la relación entre fecundidad y elevación, como una nube que transporta agua fértil.
Como el caballo, Pegaso simboliza la impetuosidad de los deseos, de los instintos animales. Pero cuando el hombre y el caballo se unen, dan lugar a otra figura mítica: el centauro. La representación del centauro simboliza la identificación del hombre con los instintos animales
Pegaso, en cambio, simboliza la elevación real, la imaginación creadora, las cualidades espirituales superiores, por encima de los peligros de las perversiones de los instintos
Pegaso, el caballo alado, creador de manantiales y con alas, representa la creatividad espiritual y simboliza la inspiración poética
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