Según la imaginería popular, el gato negro tiene un simbolismo maligno y mágico, que representa la muerte y la oscuridad.
Según la creencia popular, el gato negro trae mala suerte, por lo que cruzarse con un gato negro en la calle trae mala suerte. Pero en diferentes culturas, el gato negro también puede traer suerte.
En la antigua Persia, el gato negro era considerado un espíritu amistoso, antiguo y sabio que tenía la misión de acompañar a otro espíritu durante su paso por la tierra. Así, dañar a un gato negro, en Persia, es dañarse a sí mismo. También según las creencias persas, cuando un gato negro entra en una habitación, hay que saludarlo.
Según la tradición musulmana, un gato completamente negro posee poderes mágicos. Su sangre sirve para escribir hechizos, mientras que comer la carne de un gato negro es una forma de librarse de ese tipo de magia.
Halloween
El gato negro está muy asociado a Halloween. Esto se debe a que, según la leyenda, las brujas se transforman en gatos negros.
Así, estos felinos son uno de los símbolos de la brujería. Existen informes sobre la aparición de gatos negros en lugares habitados por brujas y donde se realizaban rituales de brujería, a partir del siglo XI. Curiosamente, durante la Edad Media, los gatos negros llegaron a entrar en la lista de la Inquisición, acusados de ser seres heréticos.
Algunas tradiciones también conciben al gato negro como un servidor del infierno. Es el compañero del guardián del cielo, al que ayuda a arrojar las almas pecadoras a las aguas del infierno.
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