Ptah es una deidad egipcia, que se considera el constructor del mundo y el dispensador de la vida. Personifica la fuerza creadora a través de sus manos, que representan el poder de la creación. Los egipcios creen que este dios es responsable de la formación del cielo y la tierra.
La idea de que Dios es el gran arquitecto puede haber surgido en Ptah; por eso es popular entre los masones. Así, se atribuye a Ptah la protección de albañiles, carpinteros y pintores, entre otros
Este dios que, junto con Sekhmet y Nefertum, forma la trinidad de Menfis -ciudad del Antiguo Egipto- suele representarse sosteniendo un bastón con un ankh, que es la cruz egipcia (para este pueblo, la clave misma de la vida, la eternidad). Su animal simbólico es el escarabajo.
Padre de Nefertum y Maahes, Ptah habría estado casado con Sekhmet y fue un gran defensor de Egipto. Curiosamente, el nombre del país deriva de la pronunciación griega de la palabra egipcia, que es «Hwt-Ka-Ptah», que significa «casa del espíritu de Ptah».
Según la leyenda, se dice que Ptah salvó a la antigua ciudad del Bajo Egipto Pelusio ordenando a los gusanos que se comieran las armas de los enemigos asirios, impidiendo así su invasión.
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