El néctar, al igual que la ambrosía, se considera un alimento de inmortalidad, un símbolo sagrado de sabiduría y un privilegio de los dioses, semidioses y héroes del Olimpo. El néctar es también un bálsamo que renueva la vida, capaz de curar cualquier herida. Se dice que si se aplica al cuerpo del muerto lo protege de la putrefacción
Un ser humano sólo puede probar el néctar si es invitado por un dios. Si un mortal prueba el néctar de los dioses sin invitación, puede ser condenado al suplicio de Tántalo. Sin embargo, según la mitología, para los dioses del Veda el ser se convierte en lo que consume, por lo que si un mortal consume del néctar de los dioses descubre sus secretos y misterios. El mismo significado se da al cuerpo y la sangre de Cristo en la eucaristía.
El néctar es también un símbolo de la iluminación de la vida y una bebida de compasión, lo consumen los seres ya iluminados para que puedan compartir su sabiduría con los que sufren en la tierra.
También según la mitología greco-romana, el néctar, al ser consumido por los semidioses, devuelve el sabor de los buenos recuerdos de la vida
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