Es el símbolo de la parte emocional del alma humana, también simboliza el pacto entre el individuo y los poderes divinos o demoníacos. Elemento extremadamente precioso y potente, corresponde a la vida misma del alma, así como a la poción de la inmortalidad.
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La sangre tiene un vínculo muy estrecho con el afecto; por tanto, es un símbolo de la esencia de la vida con una connotación de vida afectiva y puede traducirse por pasión, deseo y violencia. El derramamiento de sangre simboliza la intensidad de la vida psíquica que está disponible para ser experimentada y a la que no se le puede negar la realización porque presupondría una compensación en otro sector
Sangre de Cristo
En los ritos esenios, la sangre menstrual se equiparaba a la sangre de Cristo, mientras que el semen era su cuerpo. La sangre de Cristo representa el poder primitivo de la vida con un profundo potencial en el plano psíquico, para el bien y para el mal, que contiene en sí mismo la reconciliación de los opuestos
En la Última Cena, Jesús eligió el vino como símbolo de su sangre:
«Y tomando la copa, y dando gracias, les dio, diciendo: Bebed todos de ella;
Porque ésta es mi sangre, la sangre del nuevo testamento, que se derrama por muchos para la remisión de los pecados.(Mateo 26:27,28)
Sueños
En estas imágenes, cuando aparecen en los sueños, siempre hay un mensaje de que la represión no es admisible, pues esto sería una muerte interna que traería consigo reflejos externos. La sustancia de la sangre puede simbolizar tanto el tormento como la salvación, y esto dependerá exclusivamente del ego que experimente la experiencia.
Alquimia
En la alquimia, la sangre simboliza dos operaciones diferentes: la solutio y la calcinatio. Como sustancia fluida, está vinculada a la experiencia de la solutio; y su asociación con el fuego la vincula a la operación de la calcinatio. Comparado con el fuego, podemos asociar el bautismo de sangre con el mismo simbolismo que el bautismo de fuego.