Las imágenes de la luna creciente y la estrella son el símbolo principal del Islam, por lo que está presente en las insignias nacionales de los países que profesan la creencia del profeta Mahoma. Además de representar la soberanía y la dignidad, el símbolo es una referencia a la renovación de la vida y la naturaleza.
El Islam se lo apropió cuando conquistó Constantinopla -actualmente Estambul-, donde ya se utilizaban la luna y la estrella. Inicialmente sólo la luna, en referencia a la diosa Diana, era el símbolo del Imperio Bizantino, pero en el año 330 el emperador romano Constantino añadió la estrella, ya que la patrona de la ciudad pasó a ser la Virgen María. Tras la conquista musulmana, el símbolo pasó a considerar el significado propio asignado por el Islam.
Dado que la civilización islámica sigue el calendario lunar -cuyos meses comienzan con la luna creciente-, esta es la razón por la que la luna creciente con la estrella es una referencia a la renovación, aunque a menudo se interpreta como un símbolo de unión conyugal en una representación concebida mediante la composición del símbolo de la luna con la estrella
En cuanto a la religiosidad, el símbolo representa los cinco pilares de la fe islámica: la oración, la caridad, la fe, el ayuno y la peregrinación, que se corresponden con las cinco puntas de la estrella.
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