La herradura es un objeto que simboliza la suerte, la energía positiva y la protección. En muchas culturas sirve de amuleto, de talismán protector.
Símbolos de la herradura
El uso de herraduras como talismanes protectores se originó en Europa, más concretamente en la antigua Grecia. Para los griegos, el hierro era el elemento más poderoso que les protegía de todo mal y, por tanto, la herradura simbolizaba un amuleto para atraer la energía positiva y la buena suerte.
Además, los campesinos colocaban las herraduras sobre las puertas de sus casas, graneros y establos para alejar a los espíritus malignos. Además, como su forma se asemejaba a la luna creciente, simbolizaba la fertilidad y la prosperidad. Del mismo modo, los gitanos utilizan la herradura como talismán para alejar la mala suerte, que simboliza la fortuna y la buena suerte.
Para ello, la posición de la herradura debe colocarse con el semicírculo hacia abajo, de modo que las puntas miren hacia arriba, hacia el cielo, para conservar la suerte. Sin embargo, en algunos lugares, como en los pueblos de España, las herraduras se colocan con las puntas hacia abajo, buscando los mismos fines, es decir, la suerte y la protección divina.
En Norteamérica, la herradura es uno de los talismanes más comunes que simbolizan la protección mágica, y se coloca sobre las puertas de graneros y establos con las puntas hacia abajo. Sin embargo, hoy en día suele colocarse hacia arriba, como recipiente o jarrón de la buena suerte. En México se venden herraduras con placas del Santo «San Martín Caballero» para atraer la suerte y la protección.
San Dunstan de Canterbury
San Dunstan de Canterbury (924-988), conocido como el Arzobispo de Canterbury, fue un monje cristiano inglés muy entendido en metalurgia que un día se encontró con el Diablo y se dedicó a masacrarlo con objetos de hierro. Dustan prometió que le dejaría marchar si, no obstante, no aparecía en las casas que tuvieran una herradura en la puerta. Hasta hoy, muchos cristianos creen que las herraduras que cuelgan de las puertas tienen el poder de alejar a los espíritus malignos.