Diosa-madre egipcia del amor y la magia, primogénita de Geb (dios egipcio de la tierra) y Nut (diosa del cielo y madre de los dioses), esposa de su hermano Osiris y madre de Horus (dios de los cielos), con quien integra la tríada principal (Isis, Osiris, Horus) de la religión del antiguo Egipto. Diosa de la Luna, Isis otorga la vida y la salud, siendo el mayor símbolo del principio femenino personificado en la naturaleza y en el cosmos.
Isis representa la fecundidad, el amor materno, el espíritu que fecunda las semillas y las inteligencias, protectora de todos, especialmente de los oprimidos, entre los esclavos, los pescadores, los artesanos, simbolizando la sencillez. Algunos estudiosos como James Frazer (1854-1941), autor de«La rama dorada» (1922), sostienen que muchos aspectos del culto cristiano a la Virgen María derivan de los misterios dedicados a Isis, diosa de la maternidad y el nacimiento.
En la mitología, se consideraba a Isis responsable de muchas inundaciones del río Nilo, porque lloraba la desaparición de su marido, Osiris, deidad de la vegetación, la justicia y el más allá, que cayó en una trampa de su hermano, dios de la guerra y la discordia, Seth. Después de mucho buscar, Isis encuentra el sarcófago cerrado con el cuerpo de su esposo-hermano, sin embargo, Seth, consciente de la aparición del cuerpo de Osiris, decide descuartizarlo y esparcir sus pedazos por todo Egipto.
Decidida a recoger los pedazos de su marido y ofrecerle una muerte digna, Isis, con ayuda de su hermana Neftis, encuentra todas las partes de su cuerpo, excepto su órgano genital, que según el mito, fue sustituido por un tallo vegetal o un falo de oro. Utilizando sus habilidades mágicas, devuelve la vida a su marido y con él tiene un hijo, Horus, el dios halcón de los cielos, que vengará la muerte de su padre.
Lee también la simbología de la Madre.
Representación de Isis
En la mayoría de los casos, Isis era representada amamantando a su hijo Horus, mientras sostenía uno de los símbolos egipcios más importantes conocido como el«nudo de Isis«(Tyet o Tet), considerado un poderoso amuleto, que representaba la protección de la diosa. Es interesante observar que este amuleto simbólico se ataba al cuello del difunto, con la intención de guiar y, sobre todo, asegurar la protección después de la muerte.