El Símbolo de la Arquitectura se compone de dos elementos principales que se unen. En un lado, un cuadrado y en el otro, un compás, formando una especie de rectángulo. Ambos simbolizan el Cielo y la Tierra.
El compás está colocado de forma que representa su contorno circular, refiriéndose a la bóveda celeste, mientras que la escuadra fija simboliza las cosas fijas de la Tierra.
El compás simboliza la construcción de la perfección, ya que se utiliza para dibujar la figura más perfecta de todas, que es el círculo. También simboliza la justicia y la precisión.
La brújula también simboliza el ojo de Dios, que vive en el corazón y el espíritu humanos. Representa, pues, la inteligencia divina al servicio del hombre.
El cuadrado representa el conocimiento terrenal y humano y los fundamentos de la vida. Así, el cuadrado simboliza la acción material del hombre sobre la naturaleza.
En el ámbito de la Arquitectura, la escuadra se utiliza para trazar las bases de la obra, porque una obra no empieza por el techo. En otras palabras, la escuadra fija el soporte de lo que creará el compás.
La unión entre escuadra y compás se refiere a la cosmogonía y a los misterios entre lo terrestre y lo celeste.
La letra G, que aparece en el centro del emblema, simboliza la geometría y el orden del cosmos, refiriéndose a un alto nivel de conciencia, conocimiento y racionalización.
En el anillo de graduación del arquitecto hay un zafiro azul, que simboliza la piedra celeste. El azul simboliza todas las actividades creativas.
El Día del Arquitecto se celebra el 15 de diciembre.
Curiosamente, el símbolo de la arquitectura es también uno de los símbolos masónicos. Para saber más, consulta Símbolos de la Masonería y Símbolo de la Administración.