El número 6 (seis) representa la unidad, el equilibrio, la perfección, la armonía y el poder, que se manifiesta en forma de seis triángulos equiláteros dentro de un círculo.
Está presente en la estrella de David, el principal símbolo del judaísmo. También conocido como Hexagrama, representa la unión de los elementos: cielo y tierra, femenino y masculino.
Según la numerología pitagórica, el número 6 hace referencia a los grandes ideales. Se asocia a la justicia y a otras virtudes equilibradoras. Su bloqueo da lugar a un comportamiento autoritario y crítico.
Como la creación del mundo se completó en 6 días, representa la totalidad para los cristianos.
Además, en la antigüedad, era el número dedicado a Venus, la diosa del amor.
Para los chinos, es el número que representa el cielo y su poder. En la cultura occidental, simboliza la suerte, que se deriva de la asociación que se hace con el número máximo de dados utilizados en los juegos.
A pesar de su significado, que lo define como un número de perfección, el número 6 representa la confrontación de dos tríadas.
Al separar las tríadas sagradas (Padre, Hijo y Espíritu Santo, para los cristianos, y Brahma, Vishnu y Shiva, para los hindúes, por ejemplo), el número 6 tiene un potencial maligno. Por tanto, se considera un número antagónico.
La combinación de tres números 6 representa el «número de la Bestia», el 666. Este es un símbolo de los Illuminati, cuya sociedad secreta tiene a la bestia como su amo.
En el Apocalipsis, el último libro de la Sagrada Escritura, se habla del «número del pecado».
Para los mayas, el seis es el número de los dioses de la lluvia y la tormenta. También es el número de la mala suerte que representa la muerte
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