La familia de los instrumentos musicales de arco (violín, viola, violonchelo), de la que el violín es un miembro destacado, se considera, por sus características de emisión de sonido, la más adecuada para la transmisión de los sentimientos humanos. Esotéricamente, los instrumentos de arco simbolizan el alma aprisionada en la materia. El cuerpo hueco del violín representa la tierra y el cielo, y dentro, aprisionada, está el alma. El arco simboliza la acción del espíritu que intenta liberarse, mediante una adecuada sensibilización de los cuatro elementos de la naturaleza (representados por las cuatro cuerdas). El sonido resultante simboliza la llamada del alma hacia la fuente divina.