El número 666 representa el mal, la bestia del fin de los tiempos, el pecado, la imperfección.
Su simbolismo para los cristianos lo revela la propia Sagrada Escritura.
En el Apocalipsis, el último libro de la Biblia también conocido como Libro de las Revelaciones, se asocia con el pecado.
Y no sólo se asocia al pecado, sino que se ha convertido en el propio nombre, número o marca de la bestia del Apocalipsis:
«He aquí la sabiduría. Que el que tenga entendimiento calcule el número de la bestia, pues es el número de un hombre. Su número es el seiscientos sesenta y seis.» (Apocalipsis 13, 18)
Además, Juan, el autor del libro bíblico, habría utilizado el número para referirse al sexto emperador de Roma. Nerón César, fue un emperador tirano que se hizo conocido por ser el primer perseguidor de los cristianos.
Esto se debe a que cada letra del alfabeto griego y hebreo tiene un valor numérico, cuya suma da como resultado un código. En el caso del emperador, las letras que componen su nombre son 200, 60, 100, 50, 6, 200 y 50, números que sumados dan como resultado el código 666.
Entre otros significados del número 6, incluso antagónicos, simboliza lo incompleto, lo que no está terminado, en oposición al número 7, el número perfecto. La repetición del número 6 ayuda a reforzar aún más esta idea.
Siendo el 6 imperfecto representa a Satanás, mientras que el 7 perfecto representa a Dios.
La combinación de tres números 6 forma parte del simbolismo de los illuminati, una sociedad en la que el amo es la bestia.
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