En la mitología griega, era un bandido que atacaba a los viajeros. Acostumbraba a tumbar a la gente grande en una cama pequeña y a cortar los pies de los que la sobrepasaban. Los pequeños se acostaron en una cama grande y se estiraron hasta alcanzar el tamaño de la cama. Es el símbolo de la banalización, de la reducción del alma a una medida convencional. Es la perversión del ideal en el conformismo. También simboliza al tirano totalitario.