La Biblioteca es el símbolo de la sabiduría, por lo que representa la acumulación de conocimientos heredados no sólo por el individuo sino también por la colectividad. En otras palabras, simboliza el depósito del esfuerzo individual de toda una vida en el tesoro colectivo transpersonal.
Etimología de la palabra
Hay dos tipologías básicas para definir las «bibliotecas», es decir, el espacio dedicado al conjunto de libros ordenados es notorio en las bibliotecas públicas. Asimismo, el espacio dedicado a las estanterías de libros en una casa particular, representa una biblioteca privada.
En términos generales, la biblioteca corresponde al entorno físico o virtual ocupado por colecciones de obras escritas, por ejemplo, libros de texto, revistas, monografías, periódicos, novelas, artículos científicos, entre otros.
Conviene recordar que la palabra procede del griego y significa «caja fuerte o depósito de libros», un patrimonio conservado por los griegos para preservar la memoria colectiva en los ámbitos social, cultural, económico y político.
Historia de las bibliotecas
La historia de las bibliotecas se remonta a varios siglos atrás. Desde la invención de la escritura, muchas civilizaciones antiguas (griega, egipcia, mesopotámica, babilónica, asiria, persa, china, etc.) sintieron la necesidad de acumular conocimientos mediante la escritura.
Conviene recordar que en las primeras bibliotecas, las obras se escribían en tablillas de arcilla, y posteriormente se archivaban en papiro y pergamino hasta aproximadamente el año 300 d.C.
En la Edad Media, pocas personas tenían acceso a la lectura, la escritura y las bibliotecas y, aun así, simbolizaba un peligro, en el que muchas obras eran censuradas por la Iglesia, así como las bibliotecas eran destruidas y quemadas.
Así, el conocimiento era sagrado y sólo los sacerdotes podían leer y escribir. Por otra parte, en los monasterios, las obras se guardaban en ciertos escondites, donde la función de los monjes copistas era muy importante, ya que su trabajo consistía en copiar las obras para que no se perdieran con el tiempo.
Sin embargo, fue a partir del siglo XVI cuando las bibliotecas comenzaron a especializarse y a difundir el acceso a la información, democratizando así el conocimiento.
La biblioteca y la literatura
Al pensar en la relación entre las bibliotecas y la literatura, nos trasladamos al mundo de las metáforas cuyo símbolo estaba presente en muchas obras, ya sea como símbolo agregador o simplemente como espacio representado por el silencio, la tranquilidad, lleno de magia.
En este sentido, el escritor norteamericano Mark Twain (1835-1910) ya empezó:«En una buena biblioteca, sientes, de alguna manera misteriosa, que estás absorbiendo, a través de tu piel, la sabiduría contenida en todos esos libros, incluso sin abrirlos«
Mientras tanto, la relación de las bibliotecas y los laberintos es bastante llamativa en la obra del escritor argentino Jorge Luis Borges (1899-1986), principalmente en su cuento«La biblioteca de Babel» (1944), cuya trama se basa en la metáfora del infinito.
En él, el narrador es un bibliotecario y busca a alguien que traduzca la variedad y el número exorbitante de obras que existen. Sería, pues, una metáfora de la vida y de los hombres, impregnada por el símbolo de la biblioteca que, en este caso, corresponde a todo el Universo.
Por último, Borges añade:«La Biblioteca es ilimitada y periódica. Si un viajero eterno lo atravesara en cualquier dirección, encontraría al final de los siglos que los mismos volúmenes se repiten en el mismo desorden (que, reiterado, sería un orden: el Orden). Mi soledad se alegra de esta elegante esperanza«.
Según la riqueza presente en estos lugares, Víctor Hugo (1802-1885), poeta francés, señala sobre las bibliotecas:«Hay gente que tiene una biblioteca como los eunucos tienen un harén«. El teólogo francés Jacques Bousset (1627-1704) añade:«En Egipto, las bibliotecas se llamaban «Tesoro de los remedios del alma». Enefecto, en ellos se cura la ignorancia, la más peligrosa de las enfermedades y el origen de todas las demás.»